domingo, 28 de agosto de 2011

Estado egoísta I, El crimen


Hay una madre que ha educado a sus dos hijos con esmero y decencia, viven holgadamente gracias al trabajo de su marido mientras ella se encarga de cuidar las labores domésticas. Un día se entera de que uno de sus hijos se ha convertido en un criminal, su acción ha sido tan violenta que el corazón de la mujer llora irremediablemente el resto de la tarde. Al día siguiente ella trata de dialogar con su esposo respecto al tema, pero él, hombre de rectitud incuestionable, no solo exige que su hijo pague las consecuencias de sus actos, sino que esta resuelto a no dejar que vuelva a casa. Pasa así una semana hasta que las investigaciones de la madre llegan hasta el paradero de su hijo, le gana la partida a la policía y escapa con él a un destino desconocido, abandonando al resto de su familia.

Al ser este un caso hipotético no puede dejar de tener hipotéticas perspectivas:
LA POLICÍA: La madre es cómplice del crimen y como tal una proscrita.
EL PADRE: Es culpa de ella que su hijo este así, por lo tanto merece el mismo castigo.
EL HERMANO: Mi madre siempre ha preferido a mi hermano a pesar de sus actos.
EL HIJO: Tendré que ser una mejor persona para pagarle a mi madre su sacrificio.
LA MADRE: No puedo dejar solo a mi hijo cuando más me necesita.

Repasemos lo anterior y razonemos. La policía, como encargada del orden, esta obligada a darle un castigo a quien demuestre su culpabilidad sin importar las causas que orillaron a los acusados a cometer tales actos, su naturaleza en si es objetiva-egoísta, ya que solo piensa en el bienestar propio, es decir, en el de la sociedad, sin importar tanto a los que estén del otro lado. El padre, representando al lado de la moral y ética familiar, encuentra que su naturaleza intachable no puede ser la causante de tanta inestabilidad, que obviamente es culpa de su mujer quien siempre ha malcriado al hijo, su perspectiva es pues objetiva-egoísta, ya que piensa que algo mal hecho debe ser resuelto a pesar de quien sea el responsable y de sus intenciones. El hermano, sea el mayor o el menor, siente que la reacción de su madre fue por demás incorrecta pues al hacerlo no pensó en él o en lo que sentiría, a pesar de ser también su hijo, su forma de pensar es subjetiva-egoísta.  Parece sencillo descifrar la forma de ver a los últimos dos personajes como no egoístas o altruistas, dada su forma de pensar, sin embargo va mas allá de eso. El hijo, se siente culpable de no poder hacer nada por lo que hizo y por estar sujeto a la seguridad materna debido a su falta de responsabilidad, se siente obligado a ser una mejor persona para responderle a su madre y en cierto modo borrarse la huella del crimen, esta manera es subjetiva-egoísta, pues aunque piensa en ayudar a su madre, también piensa si mismo y en la fortuita libertad que le ofrece el cariño materno. La madre, por otro lado, que al parecer lo hace todo por su hijo, en ultimas instancias no es así, ya que ha abandonado a uno, y eso pesa emocionalmente lo mismo que si no se hubiera ido con este, lo cierto es que ella, al igual que su esposo, siente que ha sido su culpa el que su hijo allá cometido el crimen, y también su responsabilidad el encaminarlo en otra forma de vida, huyendo de la anterior ella misma, su forma de ver las cosas es subjetiva-egoísta, ya que solo piensa en su absolución con ella misma y en la de su hijo.